Deshacerse de los lentes de color
Ver la realidad con claridad
Cada uno de nosotros ve el mundo a través de sus propios ojos. La realidad es la misma, pero cada uno ve detalles distintos y los interpreta de manera diferente. Así es como se desarrolla nuestra visión personal del mundo. Nuestra visión está formada por nuestra familia, nuestra cultura y por las cosas que hemos vivido. Esto puede hacer que nuestra percepción sea unilateral y que ni siquiera nos fijemos en algunos aspectos de la situación que nos rodea. La información no nos llega, aunque sea importante. Entonces, a menudo sacamos conclusiones incorrectas que pueden ser perjudiciales para nosotros o para las personas que nos rodean.
Para usar una analogía, miramos las situaciones a través de unos lentes, cuyos cristales filtran algunas áreas y distorsionan otras. Por ejemplo, nuestra visión de Dios puede estar distorsionada por un lente de religión. O nuestras relaciones pueden ser filtradas a través de un lente de desconfianza: Queremos protegernos de las decepciones, pero al mismo tiempo este lente impide las relaciones estrechas y sólidas. A menudo no somos conscientes de estos lentes porque hemos crecido con esta visión y no conocemos otra cosa. Pero Dios quiere que veamos claramente y conozcamos la verdad. Él quiere liberarnos de nuestros puntos de vista distorsionados y de las consecuencias negativas que tienen para nosotros y para otras personas.
Jesús dice en Juan 8:31-32: “Si obedecen mis enseñanzas, son realmente mis discípulos. Entonces conoceréis la verdad. Y la verdad os hará libres.”
Costo y beneficio de los lentes de color
Cada lente de color que usamos tiene un precio que pagamos: No percibimos las cosas importantes o las vemos de forma distorsionada, por lo que no podemos tomar buenas decisiones. ¿Por qué seguimos usándolas?
Esto se debe a que también percibimos una ganancia o beneficio personal para nosotros. Este beneficio es siempre subjetivo y puede no tener ningún sentido desde una perspectiva externa. Por ejemplo, al llevar gafas “de color de rosa”, puedo simplificar mi vida bloqueando las cosas desagradables. O si nunca digo “no” a los demás y me pongo “gafas de ayuda”, puede que gane reconocimiento como persona servicial, pero a la larga me quemaré.
A menudo no somos conscientes de estos costos y beneficios. Normalmente llevamos mucho tiempo usando estas gafas y estamos acostumbrados a la vista. Tal vez incluso nos hayamos encariñado con ellas y no tengamos ganas de enfrentarnos a la realidad. O simplemente pensamos que esta visión es “normal” o creemos que “yo soy así”.
La verdad es que no vemos la realidad cuando llevamos esas gafas. Eso significa que creemos mentiras en ciertas áreas y estamos atados a ellas. Puede resultar incómodo lidiar con nuestras gafas. Sin embargo, a la larga, siempre vale la pena deshacerse de ellas, pues de lo contrario seguiremos pagando un alto precio por ellas.
Quitando los lentes de color
A menudo llevamos más de un lente que moldea nuestra visión sobre diferentes temas. Dios quiere liberarnos de todos ellos, y Él sabe mejor por dónde empezar. Al preguntarle directamente, le damos la oportunidad de hablarnos específicamente. El proceso comienza cuando le hacemos preguntas y luego Él nos revela lentes específicos en nuestras vidas. Con frecuencia, Él también nos muestra por dónde entraron esos lentes en nuestras vidas. Con la ayuda de Jesús, podemos dar los pasos necesarios para liberarnos de esa visión equivocada y quitarnos esas gafas y ver la realidad con claridad.
Dios no suele revelar todo a la vez porque eso sería a menudo abrumador para nosotros. Por el contrario, quiere animarnos y caminar con nosotros a través de este proceso paso a paso.
Guía de aplicación
¡Usa el apoyo de un buen ayudante! Si te sientes presionado o de alguna manera incómodo haciendo esto, ¡dilo! Si estás preparado para entablar una conversación con Dios, puedes empezar así:
Paso 1: Preguntarle a Dios
Dios, ¿a través de qué lentes te estoy viendo?
Espíritu Santo, ¿cuándo me puse estos lentes por primera vez?
- Deja que Dios te muestre lo que pasó. Si hubo otra persona involucrada: Perdona a esa persona por lo que hizo y por haber influido negativamente en tu opinión (consulta la hoja de trabajo “Perdonar paso a paso” para más detalles).
Paso 2: Arrepentirse.
Dios, siento haber llevado estos lentes durante tanto tiempo. Por favor, perdóname.
- Si estás preparado para quitarte estos lentes puedes continuar:
Paso 3: Quitarse los lentes y recibir la visión de Dios
Dios, me quito estos lentes y te los entrego. ¿Qué me das a cambio?
- Dile que aceptas lo que te está dando. Agradece a Dios por esta nueva visión y pide al Espíritu Santo que te ayude a usarla.
Dios, te agradezco que ahora tengo esta nueva visión, y te ruego que pueda mantener y usar esta visión.
Espíritu Santo, ¿a través de qué lentes veo...?
Sugerencias: relaciones; vida; yo mismo; mis dones; finanzas; amistades; iglesia